1. EL MUNDO QUE SE DESTRUYÓ CON LA GUERRA
¿Cómo era el mundo que saltó por los aires con la que se llamó la Gran Guerra? Si uno no tiene una mínima vivencia de esto, ¿qué va a entender de la guerra? Se decía que se vivía «en un mundo globalizado», llegaban mercancías de todas partes, aumentaba la prosperidad aunque en un mundo lleno de desigualdades. Acababa de empezar un movimiento de las mujeres que exigían votar y participar también en la vida pública; con la Guerra, las mujeres se incorporarán masivamente al mercado del trabajo. Aún en vísperas de este cambio radical, la burguesía marcaba los valores de la vida familiar y social; de una vida –con todas sus contradicciones y miserias morales– rica y llena de intimidad compartida. La inmigración es masiva. Había gusto por la aventura, mucho. Los hombres y las mujeres eran de una valentía y una calidad que hoy asombra. Se creía tremendamente en la técnica que prometía poderlo todo. Pero un trasatlántico que se anunciaba imposible de hundir se hundió… fue el preludio de los sinsabores que esa técnica, al servicio del nacionalismo más demencial, y la insensatez de los mandos políticos y militares que vivían fuera de la realidad, iban a traer al mundo…
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El caso Winslow (David Mamet, 1999)
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Titanic (James Cameron, 1997)
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Fanny y Alexander, Ingmar Bergman, 1982)
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Memorias de África (Sidney Pollack, 1985)
2. LA GUERRA EN SUS VARIOS ASPECTOS Y FRENTES
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War Horse (Steven Spielberg, 2011)
Fue la última guerra en que los caballos acompañaron a los hombres a la batalla. Fue la primera guerra en que los hombres se hicieron la guerra odiándose.
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Gallipoli (Peter Weir, 1981)
El horror de la guerra de trincheras; el uso masivo de armas químicas (como el temible gas mostaza); los mandos que desde sus despachos mandaban a una muerte absurda a generaciones enteras; los hombres que marchan a hacer la guerra por todos los rincones del mundo.
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Lawrence de Arabia (David Lean, 1962)
Una película imprescindible para entender el mundo árabe entonces (y hoy), la Gran Guerra, el cine y a uno de los personajes más inverosímiles de la Historia, que es al tiempo un paradigma del primer tercio del siglo XX: Lawrence. El Imperio Turco (que llevaba más de diez siglos de dominio y cayó con la Gran Guerra); el comienzo de los bombardeos aéreos (alguien se subió a un avión un obús, lo llevó entre las piernas y lo arrojó sobre un objetivo con sus propias manos).
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El acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1925)
En 1917 estalló la Revolución Rusa, los soviets tomaron el poder, Rusia cambió de bando con la caída del zar, y con Rusia cambió el mundo. El Acorazado Potemkin describe la revolución fallida de 1905, pero ahí está el germen de todo.
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El Barón Rojo (Roger Corman, 1971)
Una de las películas más ambiciosas del inefable Roger Corman, que hizo una industria de películas de bajo presupuesto. Pero quiso contar lo mejor que supo esta historia del mítico Barón Rojo, paradigma de esa guerra entre caballeros que se luchaba en el aire con los primeros aviones (biplanos y su triplano), y que contrastaba con la sucia guerra de trincheras.
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El Sargento York (Howard Hawks, 1941)
Los Estados Unidos se estrenaban como potencia mundial en la Gran Guerra. En esta película Gary Cooper rinde homenaje a su más famoso objetor de conciencia por motivos religiosos.
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Senderos de gloria (Stanley Kubrik, 1957)
El pacifismo como ideología fue una consecuencia importante (y, a la postre, letal) de la I Guerra Mundial. Uno de los alegatos anti-belicistas más importantes fue este del siempre interesante y reflexivo Kubrick; película que sirvió de modelo a muchas, como la reciente 1917.
3. LO QUE DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL HAY EN LA SEGUNDA
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Lo que queda del día (James Ivory, 1993)
Una de las películas políticas e históricas más complejas, ricas y mejores de la historia del cine. Las consecuencias y las causas del Tratado de Versalles: demagogia, complejo de culpa, resentimiento, pacifismo, y condescendencia con el mal (el «apaciguamiento»), junto con la ruptura de las relaciones de hermandad entre las elites de Europa, el paso de la «política de caballeros» a la «real politik», o el papel del hombre corriente en la vida mundial… Todo esto y mucho más, en la inagotable The remains of the day.